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miércoles, 16 de enero de 2008


Carta de los Reyes Magos camino a casa

Por Melchor, Gaspar y Baltasar


Queridos niños y grandes. En estas fechas posteriores a la navidad, cuando ya hemos acabado la temporada grande, nos toca volver a casa y dar descanso a los camellos, a los pajes y a quienes nos han ayudado en estos días.

Pero no penséis que ahora nos retiramos, como los osos, a dormir hasta la próxima temporada. Porque la estrella no se detiene. Ahora nos toca pensar en las cartas que han quedado sin responder.
Porque hay en las misivas recibidas muchos sueños y muchas llamadas que aún esperan respuesta.

Hasta ahora nuestra tarea ha sido más fácil. Tenía que ver con los regalos de temporada. Lo hemos hecho lo mejor que podemos, dependiendo de nuestros recursos –que unos años el bolsillo está mejor y otros peor hasta en las cortes de Oriente -(y así hemos dejado en los salones la bici para Cleto, la muñeca para Laura, el tren para Jorge, el libro para Ángela, el gorro de lana para Dani o la música para Montse, y sobre todo, el cariño que hemos sabido poner en ello…).

Pero hay cartas que aún necesitan respuesta. Tenemos un cajón enorme para las cartas de los ancianos solitarios, que piden un poco del tiempo de alguien. En una estantería Melchor apila los mensajes que vienen de la cárcel, donde las risas no llegan. Gaspar intentará responder a las cartas no escritas de gentes con mil hambres, que se preguntan, si hay para todos, por qué a ellos no les llega. Baltasar coloca por orden alfabético mensajes que piden que se quiten barreras y se pongan puentes («prejuicios, a la P, alambradas, a la A, racismo a la R»). Tenemos un arcón donde se apilan cartas de jóvenes con preguntas pendientes: “¿para qué vivo?” “¿Dónde está la felicidad?”. Nadie les ha respondido aún. Y tenemos una saca para nuestros fracasos. En ella está la última carta de Rosario, que dormía en un cajero, y nos pidió que la dejaran tranquila los niños absurdos del mundo feliz. No llegamos a tiempo. ¿Alguna vez podremos cerrar para siempre esta saca de llantos y penas?

¿Cómo responder a estas cartas? Ahora necesitamos otras manos, otros corazones, otros gestos, otras cabezas, otros tiempos y otras risas. Queridos niños y grandes, ayudadnos a contestar a estas cartas pendientes. Responded con nosotros esos mensajes, escritos en las vidas y los silencios, en las lágrimas y las baladas tristes, que la estrella sigue su camino, iluminando pesebres y alumbrando milagros.

Melchor, Gaspar y Baltasar

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